THE LOCKED ROOM

Un grupo de docentes perteneciente a la escuela de Arte St Martin’s de Londres, comienzan a finales de la década de los 60 a introducir de forma revolucionaria, nuevos métodos en la enseñanza artística que no estuvieron a salvo de polémica.

Peter Kardia, Garth Evans, Peter Harvey y Gareth Jones, comienzan a poner en marcha un nuevo sistema que nacía paralelamente junto con las primeras manifestaciones de arte conceptual, permitiendo a los alumnos cuestionarse cánones clásicos como obra, idea u objeto.

Todo comienza en el otoño de 1969, cuando los alumnos de escultura que se incorporaban a un nuevo curso de la escuela de Arte londinense St Martin’s, se encontraron repentinamente con un nuevo sistema de enseñanza. Cuatro de los profesores que pertenecían a la Escuela de Arte St Martin’s de Londres, habían puesto en marcha una serie de técnicas radicales para llevar a cabo la enseñanza de la escultura. Creían tener entre sus manos un nuevo sistema que se centraba en analizar específicamente la respuesta del estudiante ante un material concreto, abordando el espacio y el tiempo, e invocando nuevas cuestiones filosóficas que a partir de ahora se convertirían en fundamentales.

Por orden de estos cuatro profesores, en aquellas viejas instalaciones de la escuela de arte londinense, se habilitó una sala blanca y vacía, llamada a partir de ese momento “The Locked Room”. Allí los alumnos entraban de forma progresiva, para llevar a cabo una serie de proyectos, establecidos previamente por los docentes. Las normas eran sencillas, mientras permanecieran en esa habitación cerrada, la comunicación entre alumnos estaba prohibida, solo los profesores podían dar determinadas instrucciones escritas que especificaban precisamente lo que no podían hacer.

Durante largas jornadas de ocho horas, tiempo en el que no se les permitía salir de la habitación, los alumnos eran minuciosamente vigilados por el personal de la escuela. Cada estudiante disponía de un solo material para poder elaborar un proyecto durante un tiempo indeterminado. Al finalizar el trabajo y abandonar esa habitación, los profesores no emitirían en ningún caso a los estudiantes ni comentarios ni evaluaciones.

El programa, conocido como “The Locked Room”, fue uno de los episodios más radicales en cuanto a la educación artística británica. Bajo la dirección de los tutores Peter Kardia, Garth Evans, Gareth Jones y Peter Harvey, el proyecto “The Locked Room” fue un nuevo sistema ideado para que los estudiantes se centraran en el proceso creativo, desafiando así la noción del canon clásico. Un programa que cuestionaba el acto mismo de instrucción, y que proponía una pedagogía para predisponer a los estudiantes a comprometerse críticamente con sus propias experiencias y convertirse en los autores de su propio aprendizaje.

Cuatro años más tarde, en 1973, la agitación causada por este proyecto dio lugar a la reestructuración del departamento de escultura de la Escuela de Arte St Martin’s de Londres, acabando alguno de estos docentes en el Royal College. Esta técnica, no entendida por todos, dio lugar desde entonces a nuevos conceptos artísticos, filosóficos y conceptuales.

Una vez expulsado de la Escuela de Arte St Martin’s, el propio Peter Kardia, continuó con su investigación docente, estableciendo un nuevo departamento en el Royal College. Esta nueva etapa continuaba con su proyecto educativo, centrando su interés en el uso de medios contemporáneos como el cine, la fotografía o el audio. Medios que enfatizaban la capacidad de acceder a los medios convencionales.

Ahora y después de 50 años, una exposición interactiva en el Espacio LG Londres, abre la puerta de la habitación cerrada para que el público pueda explorar, reflexionar y descubrir lo que realmente sucedió en aquel lugar. La muestra comisariada por Rozemin Keshvani y que se podrá ver hasta el 15 de febrero, recopila material de entrevistas, conversaciones, fotografías, y documentación de archivo inédito, dando a conocer los proyectos que durante cuatro años fueron desarrollados en aquella habitación, en defensa de una supuesta revolución en el sistema educativo del arte.

Eduardo Álvarez | Madrid | 22 de Enero 2020

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