EL COLECTIVO QUE REVOLUCIONÓ LA DANZA

Corrían los primeros años de la década de los 60 en Nueva York, cuando un grupo de coreógrafos, artistas visuales, compositores y cineastas comenzaron a utilizar el Judson Memorial Church, como centro de operaciones para organizar una serie de talleres abiertos para el público. Así nace Judson Dance Theater, una iniciativa independiente con una fuerte carga social y de integración, que llegaba para rechazar los límites de la danza moderna, en pos de una nueva concepción de danza más libre, que llegaría hasta nuestros días.

Para Judson Dance Theater las estructuras democráticas, la improvisación y el énfasis en el proceso sobre el producto eran fundamentales para esta nueva concepción de danza. Gracias a la intervención de artistas de diferentes disciplinas, se comenzó a observar la danza en su forma más pura, desafiando así la comprensión tradicional de la coreografía y eliminando muchos elementos teatrales como narraciones, trajes elaborados, escenografías o técnicas de danza formales.

Fue la bailarina, coreógrafa y cineasta experimental estadounidense Yvonne Rainer, quien elabora un escrito a modo de Manifiesto, en el que se rechazaba cualquier sometimiento a la técnica, lo espectacular, lo virtuoso, la narrativa, o movimientos coreográficos muy expresivos. Entre los artistas que allí se daban cita estaban nombres como el del compositor John Herbert McDowell, coreógrafos como Anna Halprin, James Waring, Simone Forti e incluso artistas plásticos como Robert Rauschenberg o Robert Morris.

“Judson Dance Theatre: The Work Is Never Done” © MOMA de Nueva York

Como si de un laboratorio de investigación se tratará, casi todas las actuaciones que se llevaban a cabo Judson Dance Theater, eran inspiradas en movimientos cotidianos, gestos que provenían de la calle o de la vida domestica y que les ayudaban a enfatizar la espontaneidad y los métodos de composición no convencionales. Ahora la danza podía ser entendida desde cualquier movimiento espacial, incluso llegaron a utilizar espectadores no profesionales que conseguían involucrar y meter en un contexto de danza comunitaria. Fue en 1964, cuando el grupo cesa sus actuaciones y fue desapareciendo poco a poco, a medida que los miembros de forma individual continuaron creando trabajos que mantenían la filosofía del grupo.

El Museo MOMA de Nueva York, prepara para el 2019, una gran exposición titulada “Judson Dance Theater: The Work Is Never Done” que recuerda la revolución de Judson Dance Theater y como a partir de ese momento, sus investigaciones coreográficas, se fueron introduciendo poco a poco en la danza contemporánea. Un viaje al Nueva York de los años 60 para conocer los orígenes de un movimiento que cambio para siempre la forma de entender la danza. La muestra que dará comienzo el 3 de Febrero de 2019, nos ofrecerá espectáculo en vivo, cine, fotografía, objetos escultóricos, partituras musicales, poesía y materiales de archivo, que nos ayudarán a profundizar en la historia de Judson Dance Theatre.

Eduardo Álvarez | Madrid | 17 de Octubre 2018

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